lunes, 2 de julio de 2012

The Raven


En una edición francesa las ilustraciones las hizo Manet


El cuervo es un poema escrito por Edgar Allan Poe y que fue publicado por primera vez en 1845.
El poema narra la misteriosa visita de un cuervo a la casa de un amante afligido, y del lento descenso hacia la locura de este último.
Poe escribió el poema como una narrativa, sin crear intencionalmente una alegoría o caer en el didactismo. El tema central del poema es la devoción sin fin. El narrador experimenta un perverso conflicto entre el deseo de recordar y el deseo de olvidar. Parece sentir algo de placer en enfocarse en su pérdida. El narrador asume que «nunca más» es lo único que logra retener el ave, y aun así continúa haciéndole preguntas, sabiendo cuál será la respuesta. Sus preguntas, entonces, son deliberadamente autodespreciativas y lo llevan aún más a ese sentimiento de pérdida.
Os dejo con el poema en inglés (he puesto una traducción debajo) en la voz de VINCENT PRICE.



Una vez, en una taciturna medianoche, mientras meditaba débil y fatigado,
sobre un curioso y extraño volumen de sabiduría antigua,
mientras cabeceaba, soñoliento, de repente algo sonó,
como el rumor de alguien llamando suavemente a la puerta de mi habitación.
"Es alguien que viene a visitarme - murmuré y llama a la puerta de mi habitación.
Sólo eso, nada más."

Ah, recuerdo claramente que era en el negro diciembre,
y que cada chispazo de los truenos hacía danzar en el suelo su espectro.
Ardientemente deseaba la aurora; vagamente me proponía extraer
de mis libros una distracción para mi tristeza, para mi tristeza por mi Leonor perdida,
la rara y radiante joven a quien los ángeles llaman Leonor,
para quien, aquí, nunca más nombre.

Y el incierto y triste crujir de la seda de cada cortinaje de púrpura
me estremecía, me llenaba de fantásticos temores nunca sentidos,
por lo que, a fin de calmar los latidos de mi corazón, me embelesaba repitiendo:
"Será un visitante que quiere entrar y llama a la puerta de mi habitación.
Algún visitante retrasado que quiere entrar y llama a la puerta de mi habitación.
Eso debe ser, y nada más".

De repente mi alma , se revistió de fuerza; y sin dudar más
dije: "Señor , o señora, les pido en verdad perdón;
pero lo cierto es que me adormecí y habéis llamado tan suavemente
y tan débilmente habéis llamado a la puerta de mi habitación
que no estaba realmente seguro de haberos oído". Abrí la puerta.
Oscuridad y nada más.

Mirando a través de la sombra, estuve mucho rato maravillado, extrañado
dudando, soñando más sueños que ninguún mortal se había atrevido a soñar,
pero el silencio no se rompió y la quietud no hizo ninguna señal,
y la única palabra allí hablada fue la palabra dicha en un susurro: "¡Leonor!"
Esto dijo susurrando, y el eco respondió en un murmullo la palabra "¡Leonor!"
Simplemente esto y nada más.

Al entrar de nuevo en mi habitación , toda mi alma abrasándose,
muy pronto, de nuevo, oí un llamada más fuerte que antes.
"Seguramente - dije-, seguramente es alguien en la persiana de mi ventana.
Déjame ver, entonces lo que es, y resolver este misterio;
que mi corazón se calme un momento y averigüe este este misterio.
¡es el viento y nada má s!"

Empujé la venttana hacia fuera, cuando con una gran agitación y
movimientos de alas
irrumpió un majestuoso cuervo de los santos días de antaño.
No hizo ninguna reverencia; no se paró ni dudó un momento;
pero, con una actitud de lord o de lady, trepó sobre la puerta de mi habitación,
encima de un busto de Palas, encima de la puerta de mi habitación.
Se posó y nada más.

Entonces aquel pájaro de ébano, induciendo a sonreír mi triste ilusión
a causa de la grave y severa solemnidad de su aspecto.
"Aunque tu cresta sea lisa y rasa - le dije-, tú no eres un cobarde."
Un torvo espectral y antiguo cuervo , que errando llegas de la orilla de la noche.
Dime:"¿Cuál es tu nombre señorial en las orillas plutonianas de las noches?"
El cuervo dijo: "Nunca más".

Me maravillé al escuchar aquel desgarbado volátil expresarse tan claramente,
aunque su respuesta tuviera poco sentido y poca portunidad;
porque hay que reconocer que ningún humano o viviente
nunca se hubiera preciado de ver un pájaro encima de la puerta ed su habitación.
Un pájaro u otra bestia encima del busto esculpido encima de la puerta de mi habitación.
Con un nombre como "Nunca más".

Pero el cuervo , sentado en solitario en el plácido busto, sólo dijo
aquellas palabras, como si con ellas desparramara su alma.
No dijo eeentonces nada más, no movió entonces ni una sola pluma.
Hasta que yo murmuré: "Otros amigos han volado ya antes".
En la madrugada me abandonará, como antes mis esperanzas han volado
Entonces el pájaro dijo: "Nunca más".

Estremecido por la calma, rota por una réplica tan bien dada,
dije:"Sin duda". Esto que ha dicho es todo su fondo y su bagaje,
tomado de cualquier infeliz maestro al que el impío Desastre
siguió rápido y siguió más rápido hasta que sus canciones formaron un refrán único.
Hasta que los cánticos únicos fúnebres de su Esperanza, llevaran la melancólica carga
De "Nunca-nunca más".

Pero el cuervo , induciendo todavía mi ilusión a sonreír,
me impulsó a empujar de súbito una silla de cojines delante del pájaro, del busto y la puerta;
entonces, sumergido en el terciopelo , empecé yo mismo a encadennar
ilusión tras ilusión pensando en lo que aquel ssiniestro pájaro de antaño,
en lo que aquel torvo, desgarbado , espantoso, edscarnado y siniestro pájaro de antaño
quería decir al gemir "Nunca más".

Me senté, ocupado en averiguarlo, pero sin pronunciar una sílaba
frente al ave cuyos fieros ojos, ahora, quemaban lo más profundo de mi pecho;
esto y más conjeturaba , sentado con la cabeza reclinada cómodamente.
Tendido en los cojines de terciopelo que reflejaban la luz de la lámpara.
Pero en cuyo terciopelo violeta, reflejando la luz de la lámpara,
ella no se sentará ¿ah, nunca más!

Entonces, creo, el aire se volvió más denso, perfumado por un invisible incienso
brindado por serafines cuyas pisadas sonaban en el alfombrado.
"Miserable - grité-. Tu Dios te ha permitido , a través de etos ángeles te ha dado un descanso.
Descanso y olvido de las memorias de Leonor.
Bebe, oh bebe este buen filtro, y olvida esa Leonor perdida.
El cuervo dijo : "Nunca más".

"Profeta - dije-, ser maligno , pájaro o demonio, siempre profeta,
si el tentador te ha enviado, o la tempestad te ha empujado hacia estas costas,
desolado, aunque intrépido, hacia esta desierta tierra encantada,
hacia esta casa tan frecuentada por el honor. Dime la verdad, te lo imploro.
¿Hay, hay bálsamo en Galaad? ¡Dime , dime, te lo ruego!"
El cuervo dijo "Nunca más"

"Profeta - dije-, ser maligno, pájaro o demonio, siempre profeta,
por ese cielo que se cierne sobre nosotros, por ese Dios que ambos adoramos ,
dile a esta pobre alma cargada de angustia, si en el lejano Edén
podrá abrazar a una joven santificada a quien los ángeles llaman Leonor,
abrazar a una preciosa y radiante doncella a quien lo ángeles llaman Leonor".
El cuervo dijo: "Nunca más"

"Que esta palabra sea la señal de nuestra separación pájaro o demonio-grité incorporándome.
¡Vuelve la tempestad y la ribera plutoniana de la noche!
No dejes ni una pluma negra como prenda de la mentira que ha dicho tu alma.
¡Deja intacta mi soledad! ¡Aparta tu busto de mi puerta!
¡Aparta tu pico de mi corazón, aleja tu forma de mi puerta!"
El cuervo dijo :"Nunca más".

Y el cuervo, sin revolotear, todavía posado, todavía posado,
em el pálido busto de Palas encima de la puerta de mi habitación,
sus ojos teniendo todo el parecido del demonio en que está soñando,
y la luz de la lámpara que le cae encima, proyecta en el suelo su sombra.
Y mialma, de la sombra que yace flotando en el suelo
no se levantará ...¡Nunca más!

2 comentarios:

miquel zueras dijo...

Sensacional oir ese poema en la inconfundible voz de Vincent Price. Yo dibujé una portada para una edición de El cuervo pero desde luego ese volumen ilustrado por Manet debe ser cosa fina. Voy a intentar hacerle decir a mi cuervo eso de: "Nunca más", quedará muy bien cuando tenga visitas. Saludos. Borgo.

deWitt dijo...

Coincido con Miquel, un lujo escuchar el poema en la voz de Price, tan perfecta para un texto de Poe.

saludos