El que haya patos homosexuales no es nada nuevo, de hecho, una de cada diez ánades reales es gay. La homosexualidad y la bisexualidad son bastante comunes en el mundo animal, pero lo de la necrofilia resulta llamativo. Seguramente el pato necrófilo estaba violando al otro pato cuando se produjo el choque contra el ventanal. El sexo forzado es un comportamiento muy raro en el mundo de las aves en general, pero en el de las ánades es algo relativamente normal, es más, el sexo forzado se ha convertido en una práctica habitual de reproducción en algunas especies de patos, y esto influye en su evolución, y generación tras generación los machos adquieren penes mayores para facilitar estas violaciones en vuelo, y las hembras desarrollan vaginas de morfología complicada para dificultarlas. Por ejemplo, El Pato zambullidor de pico azul (Oxyura vittata) tiene un pene de 30 centímetros en estado de reposo. Cuando tienen una erección pueden alcanzar los 45 centimetros. Es estado de reposo tiene aspecto de sacacorchos, y está provisto en su base por unas púas. La punta, sin embargo, es blanda y se parece a un cepillo.
Otro dato curioso sobre los patos es que vuelan formando una "V". Se ha comprobado que cuando cada pájaro bate sus alas produce un movimiento en el aire que ayuda al pájaro que va detrás de él. Volando en "V" la bandada completa aumenta por lo menos un 71% su poder, más allá de lo que lograría cada pájaro sí volara solo.Cada vez que un pato se sale de la formación, siente inmediatamente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de hacerlo solo y rápidamente regresa a la formación para beneficiarse del poder de los compañeros que van adelante y ayudar a los que van detrás. Si nosotros actuáramos con la inteligencia de los patos, haríamos todo lo posible por superar las diferencias, compartir una misma dirección y servir con lo mejor de nosotros mismos. Cuando el líder de los patos se cansa, se pasa a uno de los puestos de atrás y otro pato toma su lugar. Los biólogos han observado que los patos que van detrás producen un sonido propio de ellos para alentar a los que van adelante a mantener la velocidad. Cuando un pato se enferma o cae herido por un disparo, otros dos patos se salen de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo. Se quedan acompañándolo hasta que esté nuevamente en condiciones de volar ó hasta que muera y, solo entonces, los dos acompañantes vuelven a su bandada o se unen a otro grupo. Nunca lo dejan solo.
Tal vez deberíamos aprender de los patos, de su compañerismo y solidaridad.
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