Lascivia polivalente

Ricardo Corazón de León entró en el campo de la leyenda a través de la tradición trovadoresca, como prototipo del caballero medieval, justiciero y noble, culto y galante con las damas, pero ¿era realmente tan galante con las damas? No se duda de su galantería, pero sí de que esta se dirigiera a las damas. Su atención parece que se orientaba más hacia los caballeros.

Ricardo era hijo de Enrique II y Leonor de Aquitania y vivió su juventud en Francia, donde tuvo tema con el príncipe Felipe (que sería el futuro Felipe II Augusto).

Participó junto a Felipe Augusto y Federico Barbaroja en la Tercera Cruzada, donde dio muestra de sus dotes militares.

Este es Felipe, el amor de juventud de Ricardo

Su madre, Leonor, maquinó y maquinó hasta conseguir que Ricardo se casara con Berenguela de Navarra, boda que convenía a Leonor ya que este lazo matrimonial beneficiaba a Aquitania (bueno, ya sabéis, líos de estos territoriales de la Edad Media).

Aquí Ricardo no está muy favorecido, pero por lo visto era un guaperas medieval

Hay quien dice que entre Ricardo y Berenguela había mucha química y que se gustaron desde el primer momento, pero este tema es muy discutido y muchos historiadores sostienen que este matrimonio nunca llegó a consumarse porque Ricardo se sentía más atraído por Sancho, el hermano de Berenguela (que fue Sancho VII el Fuerte), aunque por lo visto sí que se le conoce un hijo bastardo, así que…esto es un lío.

Pobre Berenguela, pero a pesar de todo fue siempre leal a Ricardo

Sancho VII el Fuerte

La conclusión a la que ha llegado Jean Flori (gran conocedor del mundo medieval) tras haber abordado la cuestión con la debida seriedad:

"¿Podemos tener certeza sobre un tema tan controvertido, a partir de documentos y testimonios que con frecuencia hablan con palabras encubiertas? Más que un homosexual absoluto y exclusivo, Ricardo parece haber sido ante todo, como su padre y sus abuelos, un gozador. Menos pedófilo, sin duda, que su padre, pero probablemente bisexual. En suma, un lascivo polivalente. Su leyenda, preparada ya por sus antepasados y realizada por Ricardo en persona, no conserva este aspecto de su personalidad, sino que se agarra, más allá de la lisonja de sus virtudes caballerescas, a otros aspectos escabrosos de los que Ricardo se atrevía a jactarse."