miércoles, 16 de enero de 2013

Wanna date??


Bueno, pues este artículo lo escribí la semana pasada para el blog Zinefilaz, así que lo reciclo y lo publico aquí también porque  me ha pillado la época de exámenes y no tengo tiempo para actualizar esto.

Frank Henenlotter no es un director muy conocido aún siendo uno de los mejores directores de cine gore underground. Este desconocimiento puede deberse a que el señor es bastante cabezota y se niega a trabajar para los grandes estudios ya que no le gusta que le digan como ha de dirigir sus películas. Eso explica también que pase tanto tiempo entre sus películas, de hecho su filmografía es bastante breve (pero intensa, de hecho es el artífice de muchas de las películas más extravagantes y casposas de la serie B), Algunas de sus películas más famosas son la saga de “Basket Case”, “Brain Damage” y la película de la que voy a hablar “FRANKENHOOKER”, que aunque es la obra más inadvertida del Sr. Henenlotter (no sé porqué), es perfecta para pasar una sesión trash con amigos. Pese a ser una película de 1990, parece totalmente ochentera. Mezcla el humor negro con algunos tintes eróticos y gore

El guión esta escrito por el propio Henenlotter y Robert Martin, que fue editor de la revista de cine de terror y explotation “Fangoria” de 1979 a 1986, y con el que volvió a colaborar en 1991 en el guión de “Basket Case 3”. Una curiosidad es que Robert Martin es uno de los zombis de “El día de los muertos” (George A. Romero, 1985) pero no aparece en los créditos.



"Frankenhooker” (la traducción literal sería “Frankenputa), nos cuenta la historia de Jeffrey Franken (James Lorinz), un joven aspirante a científico loco (al principio le vemos con uno de sus experimentos: un cerebro con un ojo) que trabaja como electricista. Tiene una vida normal, aunque de extraños gustos, y una novia que le ama y le comprende Elizabeth Shelley (os habeis dado cuenta ¿no?, Shelley por Mary Shelley, la escritora de “Frankenstein”).

Toda su apacible vida se desvanece el día del cumpleaños del padre de Elizabeth. Jeffrey le regala un cortacesped con control remoto que ha inventado el mismo. Todo va muy bien hasta que Elizabeth tiene un tonto accidente con el regalo que acaba haciéndola pedacitos.
Este suceso trastorna al joven Jeffrey (que ya anteriormente no estaba muy cuerdo) y como la única parte que queda intacta de su novia es la cabeza, se obsesiona con ella hasta llegar al punto de tener una cena romántica, con velitas y todo, con ella (con la cabeza). Se obsesiona de tal modo que decide buscar un cuerpo adecuado en el que poner la cabeza de su amada, y devolverla a la vida mediante sus conocimientos médicos y de electricidad. ¿Y dónde buscar un cuerpo? pues muy fácil, entre las prostitutas de Nueva York.

Ya veis que el argumento no es nada profundo, pero os aseguro que la película es tremendamente divertida de principio a fin, eso sí, entendiendo el tipo de cine que es. Cuando la ves notas lo mucho que se divirtió el equipo al rodarla, y ese entusiasmo se contagia.

Los bajos fondos neoyorkinos están muy, muy bien captados, y eso se debe a que al parecer grabaron por los suburbios sin permisos ni nada, a la aventura, y esta naturalidad aporta un buen toque.



La cubierta de la película en VHS era interactiva y cuando presionabas en un punto concreto la caja decía. “Wanna date?” (“¿ Quieres una cita?”), una de las frases más memorables de la película.
Es una de las pelis favoritas de Bill Murray, es más, en la funda del DVD aparece una frase de Murray: “If you see one movie this year, it should be “Frankenhooker” (si vas a ver una película este año, debería ser “Frankenhooker”)
Hay quien jura que Rutger Hauer hace un cameo de 3 segundos, pero yo no puedo afirmarlo con seguridad, porque si que es verdad que sale un tío que se parece mucho, pero no sé si es el realmente...

No es una película para tomársela en serio, simplemente para pasar un buen (BUENÍSIMO) rato, si te gusta este tipo de cine cutre. 


4 comentarios:

Einer dijo...

A mí me encanta Henenlotter. Me parece un genio tremendamente infravalorado, así de claro. Y además admiro mucho que se tirara 16 años sin hacer una película porque no podía hacerla como él quería.

Y Frankenhooker es un peliculón. Vaya risas. Y el rodaje, aunque cuando uno ve la peli piensa que se lo han pasado genial (yo también lo pensé), todo lo contrario. Fue bastante tenso. Henenlotter chocó de lleno con Robert Baldwin, el fotógrafo, y además sentía que el equipo no entendía exactamente lo que pretendía hacer.

Lo de Rutger Hauer no lo sabía. Tendré que volver a verla a ver si doy con él.

Un saludo.

WOLFVILLE dijo...


La vi de adolescente y guardo buenísimo recuerdo, y yo tampoco sabía el asunto Hauer. ¡Que cosas!

Sin duda el final de la peli es inolvidable, jajaja XD

Moniruki dijo...

Que lo de Hauer no sé si es cierto, yo creo que no, pero vamos, tampoco lo sé fijo.
Einer, no sabia que el rodaje fue algo tenso, creía que se habían llevado todos genial.
Y como dice Wolfville, el final es...¡QUE FINAL! jajajaja

miquel zueras dijo...

Una película divertida que conviene ver sin prejuicios. Yo entonces trabajaba en un video club y era una de las más solicitadas por el boca a boca. Muy gamberra y alucinante. Saludos. Borgo.